
Consumo consciente y reciclado: el papel de la sociedad en la jornada de la sustentabilidad
*Fabiana Quiroga, directora de Economía Circular de Braskem en América del Sur
¿Ya te imaginaste cómo sería el mundo si cada individuo descartara su basura de manera adecuada?
La pregunta puede parecer cliché, pero la provocación nunca fue tan actual y necesaria. Año tras año producimos más basura: son más de 2 mil millones de toneladas de residuos generados anualmente, con posibilidad de llegar a 3,4 mil millones de toneladas antes de 2050. Ante este escenario, y con la sociedad cada vez más preocupada con cuestiones relacionadas con la preservación del medio ambiente, el consumo consciente y el reconocimiento del papel de cada uno de nosotros en la separación y el descarte adecuados de residuos son fundamentales para que enfrentemos los desafíos en esta jornada sostenible.
Según datos de ABRELPE (Asociación Brasileña de Empresas de Limpieza Pública y Residuos Especiales) divulgados en 2022, solamente el 4% de los residuos sólidos reciclables son de hecho reciclados en Brasil. Por su parte, un estudio encomendado a MaxiQuim por el PICPlast (Plan de Incentivo a la Cadena del Plástico), promovido por Braskem y ABIPLAST (Asociación Brasileña de la Industria del Plástico), constató que el índice de plásticos posconsumo reciclados en el país llegó al 23,4% en 2021. El relevamiento muestra también que el volumen de producción de plásticos de origen reciclado superó por primera vez la marca de 1 millón de toneladas ese año, un alza del 14,3% con relación a 2020.
Estos datos muestran que hay oportunidades de aumentar el índice de reciclado de residuos en general en Brasil. La industria del plástico viene invirtiendo cada vez más en tecnologías y maneras de reinsertar los plásticos posconsumo en la cadena de producción. Sin embargo, cabe recordar que esta iniciativa también depende de la concientización y de la participación del consumidor y, por supuesto, del poder público en ofrecer recolección de residuos selectiva regular y eficiente, además de estimular inversiones en plantas de separación de residuos sólidos. Sin esto, no habrá solución para el problema.
Ante esta realidad, además de desarrollar productos innovadores y sostenibles e invertir en nuevas tecnologías, la industria también debe contribuir a educar a la población sobre consumo consciente y descarte adecuado.
Trabajo en la industria petroquímica hace más de 20 años: más de 12 en Braskem y por lo menos cinco de ellos en el área de economía circular. Una de mis funciones es liderar la implementación de iniciativas para el desarrollo de la cadena de reciclado y producción de resinas y otros productos químicos contenido reciclado. También actúo con mi equipo en la ampliación de las acciones de educación y comunicación con los consumidores, teniendo como objetivo promover el consumo más consciente de los artículos plásticos. En esta experiencia, he observado cómo la colectividad es un factor importante para el desarrollo sostenible como un todo.
Fue gracias a esta noción de colectividad, compartida con muchos de mis compañeros en Braskem, que el año pasado lanzamos Wenew, el ecosistema global de economía circular de Braskem responsable de reunir bajo una sola marca todos los productos, tecnologías, iniciativas, alianzas y proyectos que la compañía desarrolla para fortalecer y potencializar la circularidad del plástico.
Además de consolidar la actuación de la compañía en este campo, el nuevo ecosistema también contempla las iniciativas que Braskem desarrolla con abordaje sobre educación ambiental, consumo consciente y descarte adecuado junto a la población. Esta unidad que proponemos con Wenew representa la unión de lo que creamos dentro de la cadena de producción del plástico con la noción de colectividad que pauta la forma de pensar y actuar de Braskem para promover la economía circular. Es una forma de hacer también que nuestros públicos externos conozcan más sobre nuestra actuación y, así, motivarlos a ser protagonistas en este proceso de economía circular.
El camino para mejorar el futuro de nuestro planeta pasa por la corresponsabilización de cada actor de la sociedad. Industria, docentes, gobierno y consumidores deben darse las manos con el objetivo de tener las ventajas de los materiales creados por la industria con el descarte adecuado. Y Brasil, un país con geografía y capacidad para ser ejemplo de nación sostenible, tiene gran potencial para aumentar los índices de recolección selectiva, separación de residuos y reciclado en sus diversos sectores de la economía.