El reciclado químico y su potencial para impulsar la economía circular

El reciclado químico es un camino clave para que la economía circular avance a pasos largos. Por eso, Braskem viene aportando cada vez más conocimiento, esfuerzo e inversiones en proyectos que involucren la mejora de tecnologías existentes y el desarrollo de tecnologías disruptivas para esta cadena de valor.

En febrero de este año, la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) trajo un impulso importante para esta agenda con el reconocimiento de la efectividad y la seguridad del reciclado químico por pirólisis en el ciclo de producción de plásticos destinados a aplicaciones de contactos con alimentos.

"La actualización de la preguntar número 22 del documento de Preguntas y Respuestas de ANVISA ratifica que el proceso de reciclado químico por pirólisis, que genera moléculas indistinguibles de las de origen fósil y con pureza adecuada para el contacto con alimentos, puede utilizarse sin necesidad de autorización específica ni reglamentación adicional", explica Pier Pesce, gerente de desarrollo de negocios de Braskem en América del Sur.

"Esta aclaración aparta dudas y trae confort a las marcas, que podrán agregar cada vez más el atributo de la sostenibilidad a sus embalajes y productos plásticos. Éste es un paso de gran valor para la economía circular y para la construcción de un futuro más sostenible", completa.

 ¿Pero por qué el reciclado químico es tan esencial?

Para entender más sobre el potencial del reciclado químico para la economía circular, es importante saber que estamos hablando de un proceso complementario al reciclado químico, la modalidad más conocida y disponible en la actualidad, pero con limitaciones con relación a las propiedades mecánicas, lo que acaba restringiendo la versatilidad de aplicaciones finales.

El reciclado químico, por su parte, permite que se reinserte una mayor variedad de residuos plásticos a la economía, especialmente los más difíciles de reciclarse mecánicamente, como los plásticos flexibles, por ejemplo.

Estos residuos son transformados en materia prima circular, que se empleará en la fabricación de productos químicos o resinas con las mismas características y desempeño que los producidos con materia prima fósil, con el beneficio de tratar uno de los principales desafíos actuales: los residuos plásticos.

"Esto abre muchas perspectivas a medida que amplía la escala de recuperación y reúso del plástico posconsumo y trae nuevas posibilidades para los químicos y las resinas con contenido reciclado, dinamizando el mercado", enfatiza Pier. "Cuanto más aplicaciones, mayor la demanda y más estaremos avanzando hacia la eliminación de los residuos plásticos", explica.

 

Del reciclado químico a las más diversas aplicaciones del plástico

En el reciclado químico, las moléculas del plástico posconsumo son quebradas en moléculas menores y más simples, con alteración de sus propiedades físico-químicas.

El proceso ocurre por medio de la pirólisis de los residuos posconsumo, es decir, el calor es el responsable de la quiebra de moléculas, dándole origen al petróleo de pirólisis, también conocido como petróleo circular.

El petróleo de pirólisis puede utilizarse como materia prima en los crackers petroquímicos juntamente con la nafta fósil para producir monómeros, que no son nada más que químicos básicos como el etileno y el propileno, por ejemplo, usados en la fabricación de polímeros.

 En este proceso, los monómeros son producidos con elevada pureza, la misma de los producidos a partir de la nafta fósil, es decir, no hay diferencia entre ellos, por lo que es imposible distinguirlos. Independientemente de su origen (fósil o reciclado), los monómeros producen polímeros vírgenes de características y propiedades plásticas iguales.
 

 

En la práctica, esto se traduce en una amplia versatilidad de aplicaciones y rápida implementación en los más variados segmentos, como embalajes para alimentos, bebidas, productos farmacológicos y equipos médicos, entre muchos otros.
 

Producción sostenible y certificada

En Brasil, la mayor parte de las unidades de Braskem están certificadas por la ISCC Plus (Certificación Internacional en Sostenibilidad y Carbono) para uso de materia prima circular proveniente del reciclado químico.

La certificación se basa en el concepto de balance de masa, asegurando que la proporción de material sostenible declarado en un producto corresponde a la cantidad de material sostenible que realmente se utilizó en la producción.

Además de la certificación ISCC Plus, después de rigurosas pruebas de seguridad y calidad, Braskem recibió autorización de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP) para uso del petróleo de pirólisis en la producción de combustible en su central petroquímica ubicada en Triunfo, estado de Rio Grande do Sul.

Mirá el evento completo "Desmitificando materias primas alternativas y el reciclado químico", momento en el que se explicó más sobre el tema .

¿Quieres saber más sobre los productos con contenido reciclado de Braskem?

Ve nuestra cartera de químicos y resinas recicladas Wenew .

 

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