La sustentabilidad es tema en constante evolución en Braskem, la más grande productora de resinas termoplásticas de las Américas. En esta búsqueda la unidad de polietileno (PE 7), ubicada en Santo André, en el Polo Petroquímico del Gran ABC, implantó un proyecto para constituir un circuito cerrado de rehúso de agua y descarte de efluentes. La fábrica, que ya usaba agua proveniente del Aquapolo, emprendimiento para la producción de agua de rehúso industrial, pasó a descartar sus efluentes directos en el cuerpo receptor de SEMASA (Servicio de Tratamiento de Agua y Desagüe de Santo André).
 
Como la mayoría de las unidades de Braskem, la PE 7 produce dos tipos de efluentes: el industrial, proveniente de sus procesos de producción; y el doméstico, que agrega los efluentes de baños, vestuarios y cocina existentes en la planta. Con la cercanía de la red de SEMASA, fue posible instalar una tubería que dirige los dos tipos de efluentes directo para el desagüe, que retorna a la red productiva de la petroquímica después del tratamiento en el Aquapolo, resultado de una sociedad entre Braskem, BRK Ambiental y Sabesp (Compañía de Saneamiento Básico del Estado de São Paulo).
 
Marcelo Forlenza, gerente industrial de PE 7, explica que el proyecto tuvo como objetivo eliminar el desecho de efluentes tratados en el rio Tamanduateí. "Con el proyecto, volvimos el circuito de PE 7 totalmente cerrado, utilizando agua de rehúso y desarrollando el efluente para un nuevo tratamiento en el Aquapolo por medio de la red de SEMASA."
 
Para volver los números palpables, solo entre 2014 y 2016, las tres unidades de Braskem ubicadas en el Polo Petroquímico del Gran ABC reutilizaron 25 millones de m³ de agua por medio del Aquapolo. La implantación del proyecto fue viable por la petroquímica, que consume el 65 % de su capacidad, pero también atiende otras empresas, como Paranapanema, Bridgestone y Arconic. La iniciativa liberó el consumo de agua potable para la población de la región del Gran ABC en un volumen equivalente a 10 mil piscinas olímpicas.
 
Empeñada en mantener el alto índice en la gestión de agua en sus unidades, Braskem aportó entre 2002 - año de su creación - y 2016 cerca de R$ 280 millones en proyectos de mejora de eficiencia hídrica en todas sus unidades brasileñas. El retorno de estas inversiones generó resultado récord para la empresa, con el índice de 1,11m³/t en la generación de efluentes líquidos, lo que representa una mejora acumulada del 41 % desde 2002, además de una economía de R$ 115 millones con el tratamiento de efluentes. 
 
Sobre Braskem
Braskem es la más grande productora de resinas termoplásticas de las Américas, con un volumen anual superior a 20 millones de toneladas, incluyendo la producción de otros productos químicos y petroquímicos básicos, y con facturación anual de R$ 54 mil millones. Con el propósito de mejorar la vida de las personas, creando las soluciones sustentables de química y del plástico, Braskem actúa en más de 70 países, cuenta con 8 mil integrantes y opera 41 unidades industriales, ubicadas en Brasil, Estados Unidos, Alemania y México, esta última en sociedad con la empresa mexicana Idesa.