São Paulo, 15 de septiembre de 2016 - El aumento de la eficiencia en el proceso de fabricación puede contribuir para disminuir el impacto ambiental de la industria y también reducir la huella de carbono de productos finales. Como resultado de las inversiones de R$ 7,1 millones, realizados entre 2013 y 2015 en su unidad de etileno verde en Triunfo (RS), Braskem, la mayor productora de resinas termoplásticas de América, logró reducir de forma importante las emisiones de CO2 en la producción de Plástico Verde.

Braskem automatizó procesos, implantó aparatos para la reducción de pérdidas, perfeccionó el proceso de vaporización del etanol y disminuyó el consumo de combustibles por el generador. Por otra parte, está desarrollando un sistema de reuso de efluentes acuosos para un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos.

«Este es un trabajo de largo plazo y continuo, que está alineado con nuestro compromiso de desarrollo sostenible. Por eso, Braskem mantiene su atención en la eficiencia operativa, para obtener mejoras de proceso y competitividad, al mismo tiempo en que genera menos impacto a la naturaleza en todas las generaciones de la cadena del plástico», afirma Gustavo Sergi, director de Químicos Renovables de Braskem.

La preocupación de Braskem con los impactos ambientales requiere una constante revisión y perfeccionamiento de los estudios de Evaluación de Ciclo de Vida (ACV). Por ese motivo, el modelo de ACV del Plástico Verde también fue mejorado y apuntó a una captura de 2,78 toneladas de CO2 por cada tonelada de resina de origen renovable producida - el número representa un aumento en la captura de carbono en comparación con la medición anterior. El estudio fue realizado por la consultora ACV Brasil y con revisión técnica de un panel compuesto por el Institute for Energy and Environmental Research GmbH (IFEU) y por la Michigan State.

El Plástico Verde ya tiene certificación de huella de carbono negativa emitida por la ABNT en iniciativa conjunta con el Ministerio de Desarrollo de la Industria y del Comercio (MDIC), responsable por la implementación de la Política Nacional de Cambios Climáticos en sectores industriales prioritarios. Este índice también está relacionado al modelo usado por la industria sucroenergética brasileña, cuya plantación de caña de azúcar generalmente se hace en áreas de pasto degradadas, lo que contribuye a la recuperación del suelo. Además, las unidades productoras de etanol utilizan bagazo para la cogeneración de energía, haciendo el proceso autosuficiente energéticamente y con exportación de energía eléctrica excedente para el Sistema Integrado Nacional.

Con el compromiso empresarial para una economía de bajo carbono en Brasil y en el mundo, Braskem ha aplicado esfuerzos constantes para la diversificación de las materias primas renovables con el objetivo de reducir progresivamente el nivel de las emisiones. Por eso, en los últimos años ha adherido a iniciativas destinadas a la economía de bajo carbono, como la firma de la Carta Abierta del Fórum Clima, coordinada por el Instituto Ethos, y la participación en la CPLC (Coalición para el Liderazgo en la Precificación de Carbono) del Banco Mundial.

Los productos hechos con el Plástico Verde de Braskem pueden ser reconocidos por el sello I'm greenT.

¿Qué es ECV?

La Evaluación del Ciclo de Vida (ECV) es una técnica para la evaluación de los aspectos ambientales y de los impactos potenciales asociados a un producto, comprendiendo las etapas que van desde el retiro de las materias primas de la naturaleza que entran en el sistema productivo hasta el producto final. Este análisis permite que Braskem comprenda cada vez más el impacto ambiental de sus productos a lo largo del ciclo de vida. Desde 2005, la compañía utiliza la metodología de ECV y, hoy, ya cuenta con 58 estudios en su pipeline.

Sobre Braskem

Braskem es la mayor productora de resinas termoplásticas de América, con volumen anual superior a 20 millones de toneladas, incluyendo la producción de otros productos químicos y petroquímicos básicos, y con facturación anual de R$ 54 mil millones. Con el propósito de mejorar la vida de las personas, creando las soluciones sostenibles de la química y del plástico, Braskem actúa en más de 70 países, cuenta con 8 mil integrantes y opera 40 unidades industriales, ubicadas en Brasil, EE. UU., Alemania y México, esta última en alianza con la mexicana Idesa.

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