En tiempos de crisis, exportar para crecer

Walmir Soller*
Ciertamente 2015 fue un año de grandes desafíos para el sector empresarial, y 2016 no será diferente. Para tener una idea, datos de la Asociación Brasileña de la Industria del Plástico (Abiplast) apuntan que la producción física de los transformadores cayó 9,3 % de diciembre de 2014 a noviembre de 2015, mientras que la industria general cayó 7,7 % en el mismo periodo.
Es un hecho, por lo tanto, que el mercado brasileño se está encogiendo. El consumo ha caído en el país y no hay expectativa de recuperación en el corto plazo. Datos recientes de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (Anfavea) muestran que las ventas de vehículos cayeron 26,6 % el año pasado, volviendo al mismo nivel de 2007, mientras que la producción tuvo una caída de 22,8 % en comparación con 2014. Y las proyecciones para 2016 no son alentadoras. Se espera una retracción de 7,5 % en las ventas y aumento de, apenas, 0,5 % en la producción.
Aunque escenarios optimistas apunten sobre una recuperación en el segundo semestre, con un mercado interno inestable, el sector de transformación de plástico precisa apostar a nuevas estrategias para continuar creciendo, ya que no será posible ganar market share en el país. Cuando el mercado disminuye, las alternativas son: reducir la producción, entrar en una guerra de precios para mantener las ventas o desarrollar nuevos mercados y/o aplicaciones.
Reducir la producción significa despidos, pérdida de conocimiento técnico, además de las sinergias operativas. La guerra de precios no es una alternativa inteligente, pues lleva invariablemente a la quiebra de empresas o segmentos completos. Por lo tanto, solo queda para estos momentos el desarrollo de nuevas aplicaciones y mercados.
Dentro de ese contexto, la exportación sobresale como una seria alternativa de nuevos mercados, potenciada por la desvalorización del tipo de cambio que tiene un aspecto positivo para la industria brasileña al colocar sus productos en un mejor nivel de competitividad. Los costos locales, incluso mano de obra y energía eléctrica, en dólares, disminuyeron de manera importante. Y ese es un gran empujón para quien esperaba una señal para apostar al mercado internacional.
La recesión china no debe asustar a quien apuesta a la exportación, ya que la salida está mucho más cercana: en los países vecinos y miembros del Mercosur. Argentina, por ejemplo, después de contraerse por varios años, vive un momento de euforia con el nuevo gobierno y tiene expectativa de crecimiento del PIB de 1 % en 2016. Bolivia, Paraguay y Uruguay deben crecer 5 %, 3,8 % y 2,6 %, respectivamente, este año.
Tampoco podemos olvidar el nuevo arranque industrial de los Estados Unidos, incluso con la recuperación de algunos sectores y oportunidades atractivas para seguir como el de polipropileno. En el país norteamericano, el clima es de buen humor generalizado.
El éxito en el exterior, no obstante, exige que el transformador esté preparado para esta nueva estrategia de negocios, fortaleciendo su gestión, capacitado para cumplir con las exigencias de calidad de sus aliados en otros países y preparado para satisfacer a un aumento de la demanda. Hay muchas iniciativas destinadas a promover el desarrollo de esta industria, como el Plan de Apoyo a la Cadena del Plástico (PICPlast), que prevé la creación de programas estructurales que contribuyan con el aumento de la competitividad y crecimiento de la transformación plástica.
El PICPlast tiene acciones en tres ejes: estímulo a exportaciones de transformados plásticos, ampliación de la competitividad e innovación del sector de transformación y promoción de las ventajas del plástico. El programa también promovió ferias, seminarios y capacitaciones para fortalecer transformadores y profesionales que actúan en el sector.
Ya existen también plataformas pensadas exclusivamente para facilitar el acceso del empresario brasileño al comercio exterior, como el Think Plastic, que lanzó el Programa de Capacitación en Negocios Internacionales. Entre las empresas asociadas a la iniciativa, las exportaciones crecieron 6,2 % en 2015, mientras hubo una caída en las ventas internacionales entre las demás.
El transformador que desea tener éxito fuera de Brasil debe pensar en acuerdos industriales diferentes, con consolidación en algunos sectores y la búsqueda de socios o aliados en el exterior que puedan hacer aportes en tecnología o facilitar el acceso a otros mercados. Hay también una gran oportunidad para la innovación.
El hecho es uno solo: el contexto económico cambió y la fórmula que funcionó hasta ahora ya no dará los mismos resultados. Está en el momento de cambiar la fórmula y buscar novas soluciones para escapar de la crisis y continuar creciendo.
*director del Negocio de Polipropileno de Braskem
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